El grupo de 3º ESO B ha optado por tomar una misma imagen para realizar diversas historias. Aquí os dejamos algunos trabajos.
En
un pueblo lejano, en el cual había una antigua mansión, vivía una
gran familia. Según todos los vecinos, aquella familia era algo
extraña ya que no se relacionaba con nadie y hacía años que no
salían de aquella mansión y no se sabía noticias de ellos.
Diego,
el segundo e hijo menor de la gran familia, tenía unos cinco meses
cuando su hermano mayor murió debido a una grave enfermedad. Desde
entonces, sus padres lo trataban como si no existiera. Diego
desconocía el motivo pero tuvo que vivir con ello, sin embargo a él
le gustaba vivir así porque podía hacer lo que quisiera, solo le
tenían prohibidas dos cosas: Salir de la casa y entrar en el cuarto
que había al final del pasillo.
Más
de una vez intentó entrar, no obstante, la puerta estaba cerrada con
llave. Comenzó a investigar y descubrió que la llave la tenía su
padre ya que lo vio entrar más de una vez en el cuarto prohibido.
Un
día, la curiosidad le superó y en mitad de la madrugada se dirigió
a robarle la llave a su padre para poder entrar y, así lo hizo.
Cuando entró, se encontró con lo que menos podía esperar… ¡un
piano de cola! Con paso vacilante, se fue acercando hasta tocarlo,
escudriñó todos los detalles y de pronto descubrió que había un
nombre inscrito en aquel piano.
Era
el nombre de su hermano.
Aquello
lo dejó atónito, nunca pensó el motivo por el cual no le dejaban
entrar, pero ahora lo entendía todo. Ese era el estudio de su
hermano y su padre debía de entrar para recordarlo y no caer en la
tristeza del olvido.
No
sabía qué hacer, así que lo mejor que pudo hacer fue sentarse y
empezar a tocar algunas teclas. La emoción le cegó la mente y no
recordó que sus padres y el servicio estaban durmiendo. Al cabo de
unos pocos segundos entraron a la habitación sus padres y medio
servicio y como pudo observar Diego, no estaban muy contentos de
verlo allí.
Le
dio igual que lo castigaran ya que pudo estar unos pocos minutos, de
una forma u otra , junto a su hermano y eso superaba cualquier
castigo.
Ana
Torcuato González, 3º B.
Érase
una vez una niña de unos once años que tocaba el piano, se iba al
sótano de su casa, un sótano un tanto peculiar. Siempre tocaba a
solas debido que le daba mucha vergüenza. Un día estaba muy
tranquila tocando una partitura del famoso compositor Johann
Sebastian Bach, un grande en el mundo de la música.
De
repente, entraron en su casa unos desconocidos que parecían que iban
a robar, ya que la niña pertenecía a una familia de clase social
bastante alta.
La
niña, atónita, se asustó y dejó de tocar, las demás personas que
entraron se enamoraron de cómo tocaba el piano.
Dieron
su identidad, eran seleccionadores de niños músicos con mucho
talento, y le dijeron que si se quería ir al gran conservatorio de
Marbella. La niña se emocionó mucho y se lo contó a sus amigos y
familiares. Hoy en día la chica es una gran pianista en la ciudad de
Roma, Italia y tiene un futuro de provecho.
Iván
Herrero García, 3º B
EL
CHICO QUE SE DEJÓ LLEVAR POR LA MÚSICA
Esta
historia trata de un niño que era rechazado por sus compañeros en
el colegio.
A
él, le gustaba mucho la música, en especial tocar el piano. En su
casa, él no hablaba del colegio y de su rechazo. Pero sus familiares
lo notaban. Sus familiares no sabían que tenía tanta pasión por la
música, ni por tocar instrumentos.
En
el ático se encontraba un piano antiguo que pertenecía a su abuelo,
que tocaba para olvidarse de los problemas en las escuela y ser
feliz, una noche su padre escuchó una melodía en el ático y subió.
Vio que era su hijo quien tocaba el piano y con qué felicidad lo
hacía. Su padre decidió apuntarlo a un conservatorio, allí hizo
muchos amigos. El chico fue uno de los mejores músicos del mundo.
Alejandro
Viehweger Navas, 3º B.
Hacía
años que nadie entraba a aquella sala, era el estudio de su abuelo ,
aquel era un lugar precioso cuando su abuelo vivía .
Pero
su abuelo falleció de un grave enfermedad que los adultos llamaban
“apendicitis”. Eso fue hace muchos años.
Ahora
en su casa solo vivían él, su madre y su padre. Sin embargo ahora
ellos no estaban en casa y su curiosidad le había llevado delante de
la puerta del estudio.
Al
final se decidió y giró el picaporte de la puerta, esta se abrió
bajo un leve chirrido desagradable y entró en la oscuridad. Tardó
un rato en encontrar la lona que cubría la ventana, la luz inundó
la sala y encontró el objeto más valioso de su abuelo, un piano de
cola muy antiguo , encima de él había una carta con un sello de
lacre.
Abrió
la carta en la cual su abuelo daba todas sus pertenencias a la
caridad, excepto el majestuoso piano, que le había dejado en
herencia a él.
José
Antonio Núñez Cortés, 3ºB
En
una ciudad de Reino Unido, en casa de los Mathews, vivía una
familia; el padre, Rick, la madre, Lory, su hija de 15 años Judith y
su hijo de 4 años, Carl.
Un
día que los padres estaban fuera, Judith tuvo que cuidar de su
hermano pequeño Carl hasta que los padres llegaran de vuelta a casa.
Judith estaba estudiando en su cuarto cuando de repente escuchó un
ruido en la buhardilla que había en su casa. Judith, asustada por
aquel ruido, llamó a sus padres para que vinieran rápido porque a
ella le daba mucho miedo subir sola. Cuando llegaron los padres a
casa, subieron con Judith a la buhardilla para saber qué era ese
extraño ruido. Abrieron la puerta de la buhardilla y quedaron
asombrados al ver que el ruido que escuchaban era Carl, que estaba
tocando un viejo piano negro que tenían desde hace unos años en la
buhardilla.
Al
ver que no lo hacía del todo mal, se quedaron arriba escuchando cómo
Carl, con solo 4 años, tocaba feliz el piano.
Celia
Castro Gutiérrez 3ºB